Archivo mensual: junio 2013

Nocturno.

Quiero navegar,

aunque sea con la mente

soy un demente

a punto de despegar.

 

La música me absorbe

y feliz, deliro,

soy el hechizo de un libro

y un místico orbe.

 

Mi cerebro muere,

el alma renace

en océanos infinitos caigo,

pero están vacíos,

y duele.

 

Mi barco, mi nada.

Mi aire, hadas.

Mi suplicio, tu aliento.

Me ahogo.

Lo siento.

 

La oscuridad me atrapa

como a otros tantos,

durante tanto tiempo.

¿Acaso soy el viento, aullante, y huyendo?

 

Naufragando me hallo,

entre sábanas ajenas.

Aullando a la luna.

Ahogando las penas.


Poema de amor anónimo.

Poema de amor anónimo.

Vaya adonde vaya,
la soledad es mi amiga.
Ojalá tenerte aquí, conmigo.

Si tan sólo pudiéramos
no sentirnos tan solos…
Pero,
¿qué sería de lo que sentimos?

Te imagino bailando,
borracha y alegre.
Y sonrío.

Sé que tú
también estás sola.
Me alivia,
aunque lo siento por ti,
pequeño brío.

Estás loca de remate.
Y es justo lo que buscaba.

Pintas tu cuerpo
sin intención de borrar
las cicatrices de tinta
que te adornan.

Buscas compañía en tus noches,
pero estás sola a diario.

Tu espíritu es salvaje.
Y tu corazón,
solitario.

(Imagen: «Autorretrato» – Teka Mochomo. Todos los derechos reservados).


Red Warlock Poems, VII.

Qué tendrá el ser humano,

que sólo el “Ser”

ya es puro caos.

 

Somos vorágines de ideas

y mantener la cordura

a veces es imposible.

¿Y si no quiero cordura?

Locura es la cura.

 

Enloquecer es liberarse.

Ebrios, enloquecemos.

Te libero de tus sogas

enredadas,

por el tiempo

y la moral.

 

Y volamos.

 

Que volar es bailar,

y soñar también.

Pero los rectos temen

la libertad.

 

Ellos se lo pierden.

 

Que la moral

sólo es costumbre

y no por ser vieja,

es buena.

 

Que la cordura

me suena a cuerda,

y las cuerdas,

a  ataduras.

 

La cordura me encadena,

y no nací para ser esclavo.

La locura es buena,

y enloqueceré

hasta liberarnos.

 

Que lo insano para muchos

es el bien para otros tantos.


Red Warlock Poems, VI.

Una sensación reina en mi cerebro.

Quiero estar siempre en la carretera.

 

Yo reino sobre nada,

y la nada es mi reino,

quiero viajar a ninguna parte,

y a la vez, a todos lados.

 

No tengo hogar

ni corazón,

y aunque no crea en el destino,

el destino es una excusa

para volver al camino.

 

Volar.

 

Infinitas carreteras.

Lluvia, sol, calor, frío,

y ver la vida de las gentes

pasar fugaz por mi ventanilla.

 

¿Qué son los viajes, sino pequeñas huidas?

 

Viajar por viajar,

qué mayor libertad.

 

Quiero escapar para siempre

y refugiarme en la carretera.

 

Montañas. Nubes.

Eternos campos de trigo.

Huimos como criminales,

del tiempo y su látigo.

 

Piénsalo. Tú y yo.

Recorriendo el mundo.

Sin sentido.

 

Que sólo soy un vagabundo

que se refugia en el camino.


Red Warlock Poems, V.

Siempre he sido un cobarde
para invitarte a bailar.
-¿Y si digo que no?
-Puedo bailar con la soledad.

No me importa bailar solo,
con mi estampa risueña,
que ensimismada en su caos,
es vigilada por tus ojos.

Que yo bailo con los dientes, y desnudo con la mente.
Y al revés.

¿Y si aceptas mi baile?
Caes en mis manos.
¿Me concedes esta victoria?
Y la batalla se avecina.

Círculos viciosos.
Golpeamos el suelo.
Y tu pelo es el mar
donde se enreda mi barco.

Soy un torpe, y un lunático.
El único marinero de mi barco.
Un vagabundo,
perdido,
que se refugia en las primeras piernas que ve.

Que las manos me lleven a tus faldas,
y las palabras a tu corazón,
que hogar es donde está el corazón,
y con razón, estoy perdido.

Condúceme con tus pistas,
despístame con reproches.

Que los vestidos alegran mis días, y los desvestidos, mis noches.